ALTERNATIVAS

Caminar al nacer o nacer al caminar

Lic. Isabel Lessmann E.
kocolessmann@gmail.com

Los seres humanos tendemos a juzgar a nuestro prójimo y a nuestro contexto por percepciones basadas en las primeras impresiones y por el cúmulo de nuestras propias experiencias. Si bien no hay nada más natural que eso, una actitud más sabia indicaría que debemos reconocer que cualquier verdad es compartida por cada uno de los que están involucrados en ella, por lo que una actitud más abierta nos mostraría nuevas líneas de acción y otras vertientes de pensamiento de manera que pudiéramos crecer con cada nuevo paso.

Los caminos para enfrentar cada situación son infinitos y a menudo en la toma de decisiones confundimos la seguridad con autosuficiencia y preferimos apartar a alguien que puede aportar nuevos pasos en otras direcciones.

Sí a la seguridad en uno mismo, sí a la autodeterminación, sí al arrojo para enfrentar nuevos retos, sí al abrirnos al otro e intentar entenderlo, y no a pensar que nuestra voz tiene que oírse más alto que las demás, no a la autosuficiencia, no al individualismo, no a la soberbia, no a la violencia.

Encontrar mejor que buscar
Dijo Siddharta en su último encuentro con su amigo Govinda que lo importante no era buscar, porque limitaba el esfuerzo a una sola cosa, sino encontrar porque en cada encuentro se nacía al sentido de gratitud; cada cosa encontrada, cada palabra escuchada, cada mano estrechada abría nuevas puertas y nuevos mundos...

Los caminos se entrecruzan y separan sin orden conocido ni planificado; dicen que en nuestra vida hay personas que aparecen por una razón, porque vienen a cumplir alguna necesidad expresada por nosotros mismos y que luego de cumplida la petición, desaparecen tan rápido como llegaron; otras aparecen por una temporada, porque es tiempo de aprender, de compartir o de crecer, pero sólo lo hacen por esa temporada; y, finalmente, hay personas que llegan para toda una vida, personas que enseñan a vivir, a construir bases que moldeen a la persona en la que nos queremos convertir y a ayudar a esa otra persona a lograr lo mismo.

No podemos saber cuándo una persona que llega o nace a nuestra vida viene por un rato, por unos años o para siempre, pero sí podemos controlar la calidad de relación que se entabla con esa persona. Nunca un “haz al prójimo lo que te gustaría que te hiciesen” estuvo mejor dicho.

Sea como fuese, ese otro no puede ser disminuido, descalificado ni menospreciado. Cada persona con la que tropezamos viene con ofrendas valiosísimas, de nosotros depende lo que hagamos con ellas. No será la primera vez que despedimos a quien puede ayudarnos en la esquina siguiente, o desestimamos la ayuda o el cariño ofrecido cegados por nuestros propios sueños y necesidades. No se camina al nacer, se nace al caminar.

Cada instante es una oportunidad, cada despertar o nacer hacia el otro es un paso adelante en nuestras vidas, cada encrucijada es una oportunidad para crecer. El otro espera por ti, el otro puedes ser tú. Siempre hay alternativas.

Conciencia ¿o sin ciencia?: Pepe Grillo (Pinocho), Timoteo (Dumbo), Sebastián (La sirenita), Rafiki (El rey león) y Mushú (Mulán) son algunos de los personajes creados para dar vida a esa voz que todos llevamos por dentro para guiarnos por la vida y a la que muchas veces ignoramos. ¿Escuchas tú a la tuya?